Tras mucho darle vueltas al tema que centraría este primer capítulo me he decidido a centrarlo en el mar y como éste está marcando mis últimas tentativas amorosas por llamarlo de alguna forma…
Toda la vida he veraneado al lado del mar… Viendo el mar mientras desayunaba en mi terraza en las mañanas veraniegas… Y siempre me ha faltado mucho el escape a la playa… al infinito cuando estaba agobiado en Madrid, pero hasta ahora no me había dado cuenta que podría significar el mar tanto…
Para mí Alicante siempre ha sido como los Hamptons para los neoyorkinos de Sex and the city… pero sin tantos lujos ¡por supuesto! Pero simplemente como escape del ajetreo o evasión del mundo.
Últimamente, como decía, el mar ha marcado mis oportunidades en las relaciones amorosas. Personas que vivían al lado del mar y que, por lo tanto, vivían lejos de mí. Personas que como yo aman el mar, la vida costera, pero que no podían vivir lejos de allí. Por este motivo, a estas relaciones las he llamado tentativas porque han sido eso, sólo tentativas ya que por vivir lejos no ha llegado a nada más…
Releyendo esto que acabo de escribir, me planteo que a lo mejor lo que está marcando mis últimas tentativas no es el mar… sino la distancia…
Y esto deja ser tan onírico y bonito como el mar… porque la distancia es peor… da más miedo y sobre todo es más complicada… Además no es lo mismo vivir la distancia con 15 años que vivirla con casi 30… La distancia en un relación hace ralentizar los tiempos y llegado cierto punto de la vida, los tiempos lo que tienen que hacer es acelerarse… Aunque también es cierto, que según pasan los años tienes más claras las cosas y no hace falta tanto tiempo para saber lo que quieres y lo que te conviene. Obviamente, esto es cosa de dos y cada parte puede tener puntos de vista distintos, incluso opuestos… Y ni que decir tiene, cuando en la cosa en sí hay más de dos y se entremezclan varias historias…
Mi preocupación realmente al final es ésta… ¿por qué siempre me fijo en gente en el que las relaciones son complicadas especialmente por la distancia? Creo que la respuesta es fácil… En la mayoría de la gente busco cosas que tienden a hacerles viajar, moverse, o estar en sitios lejanos… y que curiosamente esas mismas cosas a mi me hacen desear lo mismo pero que por unas razones u otras nunca he hecho… ¿Podré encontrar esas cosas en una persona y que ciertas razones le hagan como a mí permanecer? ¡Quién sabe! Pero el tiempo corre y esto parece que no ocurrirá… ¿Tendré que elegir una cosa u otra tal y como me decía el sábado pasado una amiga? ¿No se puede tener todo lo que se desea en una persona o sí? Mi esperanza es que sí pero a lo mejor debería ir pensando en ver que es lo que realmente me conviene y lo que no y no ser tan idealista…
Creo que el próximo capítulo irá un poco en continuación de estas preguntas… ¿o no?
LOVE AND THE CITY
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