Este verano, gracias a Instagram, descubrí a un autor que se autopublica sus libros: Julio Marín García, un escritor joven, de Murcia y con una literatura LGTBI+ (entre otras temáticas) muy interesante. Lo podéis encontrar en @julioescritor94.
Me adentré en su bibliografía haciéndome con tres de sus libros: El chico del corazón blandito y una bilogía anterior. Cuando me estaba leyendo El chico, me hice con Un puzzle de amor. Hoy hago reseña de este último aunque fue el segundo en leerme.
Antes de nada, decidí comprar los libros directamente a Julio y me los envío dedicados que, como os decía el otro día, da como un valor añadido a los que nos gustan los libros en papel. Nada más acabarme El chico del corazón blandito, me lancé a encargar la 2ª parte y aprovechar para completar toda la bibliografía de este escritor porque el libro fue un total descubrimiento.
Quedándonos en lo estético, tiene unas ilustraciones maravillosas que siempre es algo que me parece que aporta mucho a los libros. Para mí la más impresionante es esta:
Os podréis preguntar por qué. Pues básicamente porque cuando pasé la página y apareció ante mis ojos, me dio un vuelco el corazón. De repente vinieron a mi mente muchos recuerdos de una época y una persona que podría ser perfectamente alguien de la imagen. Tiempos que muchos conocéis gracias a mi Love and the city.
Después... mi personaje favorito... ¡la narradora! No diré mucho porque yo cuando me di cuenta de quien era o más bien desde donde hablaba, vinieron tantos recuerdos y pensamientos que tuve un sentimiento de lo más agridulce, por lo vivido y lo dejado de vivir... esa persona tan importante en nuestras vidas...
Una de las cosas que más me gusta de los libros de Julio es que pueden servir de terapia... de darnos cuenta de lo mal que funcionamos en nuestras relaciones. Una frase que me marcó fue relativa a lo maravilloso que puede ser el amor, pero que nunca podemos olvidarnos de nosotros mismos, porque si nosotros nos perdemos por ayudar o apoyar al otro... todo está perdido.
La pérdida... lo que supone eso y sobre la obsesión que puede generar... esa obsesión que mantienes sólo por mantener a esa persona viva en ti y en tu vida, pero que a la larga es mucho más dura y hace que superar lo que toque sea aún más doloroso.
El libro es puro amor, pero también pura dureza y también pura inocencia, esa que perdemos cuando nos enamoramos por primera vez, pero de verdad. Todo esto que refleja me sigue haciendo pensar que debería ser una lectura recomendada en los institutos, esa edad donde necesitas ver otras realidades y aunque no sea la tuya, entenderla para no ir contra ella.
Tú puedes ser el chico libre, loco pero a la vez inocente y sincero o puedes ser el chico duro que nadie sabe lo que siente porque lleva la coraza más fuerte e impenetrable que puedes imaginar... pero que pasaría si se cruzaran y algo pasara? y si los papeles no fueran tan reales? y sobre todo... cómo te puedes sentir siendo la pieza de un puzzle de amor? y si ese amor no fuera tuyo?
Os lanzo estas preguntas pero a lo mejor no se responden... eso sí, por favor, leeros este libro, es pura emoción, mis lagrimas derramadas lo corroboran.
Gracias Julio por este libro y por otros tantos tuyos que son... imposibles de definir pero inevitables de sentir.
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